22 de marzo de 2010

A solas conmigo

Hace un tiempo que vengo tratando de reacomodarme a estar sola. Son meses en lo que estuve teniendo bastante charlas con mi cabeza y pensando en nuevas formas de como estructurar mi vida.Al principio fue dificil no levantarme con esa tranquilidad de saberme acompañada, de saberme amada. Pero poco tiempo después, me tuve que hacer la idea de que todo había cambiado y empezaba a transitar esta nueva etapa. Descubrí cosas increíbles, como disfrutar de momentos de soledad, que antes ni siquiera prestaba atención. Como prepararme lentamente unos mates cuando me despierto y abrir ese paquete de melbas que hacen de mi desayuno una combinación perfecta, girar la cabeza y ver a mi perra semi-dormida como me mira, es una rutina, pero la disfruto como si cada día ese ritual fuera diferente. Lo mismo cuando estoy leyendo un libro en el balcón y el sol me pega en las piernas, respiro y me digo a mi misma: cuanto me estuve perdiendo este tiempo.
La soledad mientras dura, es un período al que uno debe respetar, pero sobre todas las cosas, saberlo llevar con la mayor de las felicidades, porque en los encuentros con uno mismo, también uno se convierte en un ser más grato para los demás.
Cocinar descalza, con el pelo atado, cortando las cebollas en mini-rodajas, los pimientos rojos y verdes en la tabla de madera en cubos chiquitos, con opera de fondo o un buen bolero cubano que me conmueve el corazón, son momentos que me los guardo para mí, porque no son más que asombrosamente maravillosos y gratificantes.
Como todo, se trata de un aprendizaje.

11 de marzo de 2010

La jaula de hierro?

Todos odian a Weber cuando lo leen, porque es muy descriptivo, lógico y a veces demasiado conceptual y sobre todo porque tiende a hacer tipos-ideales sobre la conducta humana como parte de lo social. Yo con el tiempo comencé a tomarle un poco de cariño y a encontrar algo interesante en toda su teorización sobre la política, la vocación y los insoportables e inevitables cambios que traería la posmodernidad.
Su temor radicaba en el avance profundo de la tecnocratización del estado, de las profesiones pero sobre todo de la sociedad. Todos formando parte de una gran maquinaría, siendo engranajes predestinados a realizar cierta actividad y rutina. De solo pensar en la rutinización de las acciones y en la pérdida del carisma y la autodeterminación, Weber desesperaba e imaginaba una jaula de hielo que nos encierra, nos aplasta y nos moldea como parte de un todo.
A mi también me paraliza la idea de la rutinización, desde chica me cuesta amoldarme a lo estándar, a lo lógico, a lo establecido, y me vuelvo críticamente insoportable para los demás, aunque ese termino ni exista. Pero explica perfectamente bien mi estado de indignación ante ciertas cosas que no puedo cambiar. Es un profundo sentimiento de impotencia el tener que amoldarse a un mundo que es de una manera y no-de-otra.
Así que siempre opté por encerrarme en el mundo de los libros y las ideas, que es donde uno puede atravesar la horizontalidad y lo obvio. Las ideas acerca de que las cosas pueden ser de otro modo a lo supuesto suena tan utópica, que es hasta infantil y caprichosa.
Las ideas fueron siempre el lugar donde los racionales autoritarios jamás pudieron llegar, donde los tradicionalistas jamás pudieron cambiar,donde los intolerantes jamás pudieron abolir.
El mundo de las ideas, es el mundo de uno, es el momento entre uno y todo el universo, es el momento con el TODO, el todo que es tan maravilloso e inexplicable que pocas veces puede resumirse en lineas y palabras.Es ese momento único, de cada persona, en que los demás no pueden entrar ni siquiera a la fuerza, es el mundo donde las armas no sirven y la violencia se anula. Es el mundo donde como personas trascendemos, nos volvemos únicos, nos volvemos hacia nosotros mismos.
Nunca podrán callar las ideas y por lo tanto, nunca podrán silenciar lo auténtico.

6 de marzo de 2010

Bienvenido Marzo

- En esa dirección- dijo el gato haciendo una vaga señal con la pata derecha- vive un sombrerero y en aquélla- añadió señalandola con la otra pata-, vive una Liebre de Marzo.
Puedes visitar al que quieras:los dos están locos.
-Pero si no quiero andar entre locos- observó Alicia.
-Me parece difícil que puedas evitarlo- dijo el gato-;aquí todo el mundo está loco.
(Alicia en el País de las Maravillas, capitulo VI)


Las personas que mejor me caen, están un poco locas, como yo supongo. Todos tenemos esa cualidad, algunos la expresan más que otros. La locura ayuda a crear, a imaginar y sobre todo a cortar con la rutina de lo cotidiano y lo pesado.
La locura es levedad, esa locura de la que te hablo es eso que te hace bailar o cantar solo en la ducha o en tu pieza, ese algo que te hace tararear una canción cuando vas caminando olvidándote de lo que te rodea,esa locura que de la te habló es la motivación, es la transformación, y porqué no, la revolución.
Digánme loca por pensar que se pueden cambiar las cosas, digánme loca por tratar de evitar a los que matan ideales, digánme loca por creer.
Como alguna vez dijo Guevara en La Habana, allá por el año 1964, que aquellos que son capaces de temblar de indignación ante una injusticia, los llama campañeros, yo llamo compañeros a los que me siguen en el camino de la transformación diaria, con ideas, con música, con buenas vibras, con convicciones y porqué no, con un poco de locura.