11 de marzo de 2010

La jaula de hierro?

Todos odian a Weber cuando lo leen, porque es muy descriptivo, lógico y a veces demasiado conceptual y sobre todo porque tiende a hacer tipos-ideales sobre la conducta humana como parte de lo social. Yo con el tiempo comencé a tomarle un poco de cariño y a encontrar algo interesante en toda su teorización sobre la política, la vocación y los insoportables e inevitables cambios que traería la posmodernidad.
Su temor radicaba en el avance profundo de la tecnocratización del estado, de las profesiones pero sobre todo de la sociedad. Todos formando parte de una gran maquinaría, siendo engranajes predestinados a realizar cierta actividad y rutina. De solo pensar en la rutinización de las acciones y en la pérdida del carisma y la autodeterminación, Weber desesperaba e imaginaba una jaula de hielo que nos encierra, nos aplasta y nos moldea como parte de un todo.
A mi también me paraliza la idea de la rutinización, desde chica me cuesta amoldarme a lo estándar, a lo lógico, a lo establecido, y me vuelvo críticamente insoportable para los demás, aunque ese termino ni exista. Pero explica perfectamente bien mi estado de indignación ante ciertas cosas que no puedo cambiar. Es un profundo sentimiento de impotencia el tener que amoldarse a un mundo que es de una manera y no-de-otra.
Así que siempre opté por encerrarme en el mundo de los libros y las ideas, que es donde uno puede atravesar la horizontalidad y lo obvio. Las ideas acerca de que las cosas pueden ser de otro modo a lo supuesto suena tan utópica, que es hasta infantil y caprichosa.
Las ideas fueron siempre el lugar donde los racionales autoritarios jamás pudieron llegar, donde los tradicionalistas jamás pudieron cambiar,donde los intolerantes jamás pudieron abolir.
El mundo de las ideas, es el mundo de uno, es el momento entre uno y todo el universo, es el momento con el TODO, el todo que es tan maravilloso e inexplicable que pocas veces puede resumirse en lineas y palabras.Es ese momento único, de cada persona, en que los demás no pueden entrar ni siquiera a la fuerza, es el mundo donde las armas no sirven y la violencia se anula. Es el mundo donde como personas trascendemos, nos volvemos únicos, nos volvemos hacia nosotros mismos.
Nunca podrán callar las ideas y por lo tanto, nunca podrán silenciar lo auténtico.

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