6 de junio de 2010

contá hasta diez así me escondo.

el teclado con polvo, el fin de la semana. el fin del fin del semana. el fin de los recreos. el fin de tus mensajes desesperados de madrugada. el fin de las caras extrañas que solo pasean los domingos. Creo que estoy agotada, saturada de mí. De preguntarme mil veces las mismas cosas para no hallarles respuesta, para evadirlas mil veces más. Estoy agotada de evadir-me. de evadirte, de evadirlos. La postergación no es para siempre, que lástima. Me había empezado a acostumbrar a eso. Me gustaba sentir que te había perdido por un momento y me había encontrado. Nunca te perdí, nunca los perdí, nunca me encontré. Será que a pesar de las películas de Woody allen de madrugada, de los chocolates y de las canciones que calman como una anestesia que contiene y detiene, lo postergable encontró el límite.
Hasta acá llegué. Bienvenida la realidad y sus verdades. Hoy despierto y me encuentro vacía, pero ya no más adormecida.