8 de abril de 2010

La acción de dormir

El dormir siempre suele estar asociado a un estado de cansancio del cuerpo, de fatiga, de fiaca, de mucha fiaca. El dormir nos recuerda el momento del silencio, de los momentos pre-conscientes antes de cerrar los ojos, de las horas que tenemos de reposo antes de hacer algo, de volver a nuestra rutina. Es una necesidad.
A mi, sin embargo, siempre gustó asociarlo, mas que a la idea de la necesidad, a la idead del deseo. El desear dormir, vuelve a esta acción cotidiana y rutinaria, una de las tareas mas placenteras del ser humano.
Me gusta pensar que cuando llego, voy a des-vestirme, a sacarme las zapatillas, después las medias, por último el corpiño que da una especie increible de sensación liberadora y acto seguido procedo a vestir una de esas remeras grandes que tengo reservadas para la hora del sueño. Me suelto el pelo, destiendo la cama, apoyo los almohadones que están al pie de la cama en el mueble más próximo y me acuesto, sintiendo las sábanas en mi piel y el olor de mi almohada, que solo yo puedo reconocer, y eso me gusta. Es mi almohada, mi comodidad, mi elección para ese momento único y tan grato como ver la lluvia un domingo a la tarde. O más bien tan grato como saborear, lentamente, ese pedazo de torta que elegis a la hora de la golosidad qque saben hacer de lo sencillo ,un acto de extrema satisfacción oral.

Dormir es una degustación lenta y única de cada persona. Podés dormir boca arriba, para un costado, boca abajo, ir combinando cada una de estas a lo largo de las horas o simplemente dejarte llevar por la casualidad del momento. Yo elijo dormir de costado combinado con la posición bicho bolita, sí lo denominé así.

Para dormir, solo hay que cerrar los ojos, dejarse llevar y tratar de captar todos esos pensamientos que nos vienen en el momento previo al sueño, ya que es el momento más lúcido de nuestro día, tan contradictorio como cierto.


1 comentario:

no soporto a la gente dijo...

Sí, a mí me pasa algo similar con el momento previo al sueño: tengo como muchas ideas, o tengo las partes que completan esas ideas. Y a veces me pasa también cuando me despierto, y antes de volver a dormirme. Que se me ocurre algo (y mejor que lo anote para no olvidarme).

Mi posición favorita ha ido cambiando: antes, era de costado, sobre el costado derecho, y sobre el izquierdo no podía. Ahora duermo mejor sobre el lado izquierdo que sobre el derecho. Y me acostumbré a dormir boca arriba cuando uso tapones en los oídos para que mis vecinos no me despierten. Cuando me despierto después de haber dormido en esa posición, tengo la boca seca, señal de que estuve respirando con la boca abierta. Pero la posición donde mejor descanso últimamente es casi boca abajo, apenas sobre mi lado izquierdo, con la almohada sobre el torso, como abránzándola.

Para dormir, a mí no me alcanza ni con cerrar los ojos ni con estar cansadx. No si la noche/mañana anterior no descansé, si fabriqué demasiada adrenalina para vencer ese cansancio. Y eso me pasa muy seguido en este tiempo. Y es una cagada.

Odio a la gente que no me deja dormir, y a la gente que minimiza el dormir, que dice que se pierde la vida, que te dice vagx. Yo quiero dormir. Todo lo que mi cuerpo necesite. Y si me despierto, o me despiertan, muchas veces, quiero poder seguir durmiendo hasta sentir que descansé. Si no, es un día perdido.